Por Ixchel Ledesma
Enero, 2020
"Caminar la linea es contagiar lo que eran los límites de nuestro cuerpo
de todo aquel abismo que no tiene lugar."
Leopold Lambert
Subo las escaleras lento. A cada paso, la duela del piso cruje y sin saberlo me elevo. Al llegar a la cima esos seres textiles me miran. Ella me mira. Sus ojos azules siguen todos mis movimientos. Volteo, atraída por la luz de su pecho y me pierdo. Es la reina, quien me llama en un lenguaje de flores de maíz que yo comprendo…me dice: Ixchel, camina con zancos más elevados…
La primera vez que escuché hablar de Laura Anderson Barbata, estaba exiliada en Argentina. No en un exilio político o quizá sí. Me encontraba, como diría Deleuze y Guattari desterritorializada, desarticulada de lo individual, de lo inmediato político y de su dispositivo colectivo de enunciación (DELEUZE y GUATTARI, 2008:20). Me sentía un error del lenguaje y habitaba en mí un deseo de nombrar y, al mismo tiempo, una imposibilidad de hacerlo. Lo que resultaba eran solo balbuceos emitidos en un lenguaje subalterno” (DELEUZE y GUATARI, 2008:20). En mi lenguaje de mujer. M_U_J_E_R mujer. ¿Cuál es el lenguaje de las mujeres? Recordé a mi madre, ella tejiendo y yo deteniendo la borla de estambre en silencio. Tac tac tac el ruido de las agujas formaba cuadros, círculos, mensajes entretejidos que después yo vestía sobre mi cuerpo. ¿Ese era nuestro lenguaje? Si no lo era al menos aseguraría como diría Griselda Pollock mi ¿femineidad?. ¿Qué es la femineidad? Pollock dice que es “esa noción de la mujer como signo M_U_J_E_R entendida no como una condición de la mujer, sino como la forma ideológica de regulación de la sexualidad femenina regida, en última instancia, por las leyes” (POLLOCK, 2001:273). Pero yo, no se tejer… entonces ¿no soy una mujer? Comencé a cuestionarme en mi condición, si no era mujer, si no tejía entonces ¿Qué era?
Así comencé mi investigación con el textil. Ahondando en los significados propios del acto de tejer. Descubrí que el textil es, en palabras de Gotfried Semper, un ‘símbolo autoiluminado’” donde “ hay una interrelación entre los motivos de trenzado que se originaron en la superficie de los textiles y los materiales dados por esta función de trenzado. Los textiles proporcionan el material y la técnica le da forma (SEMPER, 2004:113). Es decir, no todo el tejido esta hecho de fibras textiles y no solo las mujeres tejen…Quizá después de todo... pensé a mis adentros, sí soy una mujer aunque no sepa tejer en fibras de textil.
Un día, después de tanto elaborar decidí hablar con Laura. Nuestra entrevista fue en espejo. Yo en el pasado, en mi estudio en Buenos Aires y ella en el futuro en su estudio en Nueva York. Mexicanas, desterritorializadas. Me había llamado la atención un performance que había hecho en Brooklyn. Era una danza de seres azules con ropajes llenos de espejos y flores. Seres que en su paso marcaban un territorio nuevo. Como diría Rita Segato “aquel territorio que el rebaño construye en su migración y bajo la heráldica que los une” (SEGATO, 2008:41). Todos estos objetos unidos por el índigo, en una acción colectiva, en una danza textil entrelazada no solamente de fibras de telas, sino de fibras de cuerpos, ocupando un espacio y construyendo un territorio. Lo que estaba viendo era un nuevo rito, o quizá una actualización de algún rito del pasado. La descripción más adecuada de lo que vi se puede leer en las palabras de Antonin Artaud:
“Tiene la solemnidad de un rito sagrado; la cualidad hierática de los ropajes da a cada actor un cuerpo doble, y miembros dobles, y el artista envarado en su ropaje parece no ser más que su propia efigie. Y luego ese ritmo largo, quebrado de la música, una música extremadamente prolongada, balbuceante y frágil, donde, parece, se pulverizan los metales más preciosos, donde brotan naturalmente unos manantiales, y largas procesiones de insectos desfilan entre las plantas, con el sonido de la luz misma, donde los sonidos de las soledades profundas parecen caer en lloviznas de cristales…" (ARTAUD, 2011:58)
Yo trataba de explicarle a Laura todo lo que me hacía sentir ese performance, en palabras de Artaud o en las mías. Así que le pregunté ¿por qué hiciste índigo?
<<Quería hacer algo a través de una acción colectiva y las obras que las componen, entonces, al mismo tiempo estaba estudiando el significado del color añil y encontré como el añil en muchas culturas es un proceso mágico que tiene que ver con el oxígeno, con el aire, el textil sale de un color verde y la alquimia lo convierte en azul. El índigo tiene significados de sabiduría, de realeza, de la acción de servir y de proteger. No es coincidencia que la policía vista de estos colores en casi todo el mundo.>>
Laura dejó de hablar, yo me quedé en silencio sin poder decir nada más, supe que teníamos que hacerlo. Terminamos la llamada y comenzó el peregrinaje.
Después de esta entrevista viajamos kilómetros y cargamos juntas máscaras de flores, cuernos de diablos, telas, espejos de plumas y conchas de mar. Poco a poco esos objetos sagrados fueron creando territorio en el andar. Estos ropajes se quedaron quietos por momentos. Puestos ahí para recordar la solemnidad protectora de esos seres teñidos de azul creadores de espacios protegidos. Hoy todas estamos en La Ciudad de México y pronto saldremos a danzar en nuestro territorio, sin exilio, rodeadas de estos seres, protegidas en este nuevo espacio imaginado y transformado. Todavía no se tejer fibras textiles, pero se que no importa, se que hay otras maneras de tejer y también hay otras maneras de ser mujer. Solo hay que aprender a caminar, como dice Laura Anderson Barbata, con zancos más elevados.
Fotografías por Job Juárez
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