Por Seminario #Otrasformasdeexistir
Sesión 2. 8 de septiembre, 2020.
[Revisitamos la primera sesión con esta pregunta ¿cómo se puede “hacer cuerpo” cuando el virus del COVID-19 se contagia por el tacto? Karen Barad señala: “todo contacto es una conexión de fuerzas” y éstas tienen dimensiones históricas, por lo que aquello que nos conmueve por la imposibilidad de tocar, se puede leer desde la historia del higienismo, la racialización y la exclusión de ciertos cuerpos (DG). Consideramos que el COVID-19 genera un proceso de tensión desde la explotación laboral y la intensificación de otras problemáticas. Además, mencionamos la “inmunidad relacional” como un concepto fundamental para desligar al COVID-19 de una dinámica antropocéntrica (AT).]
¿Cómo vivir en un mundo en ruinas? señala Salazar, invitándonos a pensar que vivimos en contextos en ruinas (caracterizados por procesos de colonización, urbanización desigualdad, conflicto armado o violencia de género), con los cuales tenemos que aprender a vivir. Señala algunas nociones importantes: la idea de pensamiento tentacular desde el tacto, contacto e intra-acción; la respons-habilidad; elcapitaloceno; las naturoculturas; las artes de vivir en un planeta dañado; la importancia de poner atención; el antropoceno; chthuluceno; autopoiesis vs simpoiesis; el monstruo; el individuo vs el holobionte; finalmente, aquello que #DonnaHaraway define como prácticas SF: story/fact telling, speculative fabulation, string figures, simbiosis, simbiogenesis. A través de tres ejemplos, Salazar aborda nuevamente la pregunta ¿Cómo vivir en un mundo en ruinas?
1º Aparece el #hongomasutake que nace en medio de la devastación maderera y en ello genera otra serie de relaciones simbióticas, las cuales articulan otras formas de resistencia al capitalismo. A partir de esta figura surgen algunas reflexiones: ¿Cómo producirse a sí misme frente a les otres? ¿Cómo contar historias en lugar de contar hechos? La especulación fabulativa y las figuras de cordel surgen como campos de posibilidad.
2º La cuenca central mexicana del #lagodeTexcoco detonó reflexiones en relación a la existencia de esas ruinas traducidas en paisajes devastados, domesticación de la naturaleza y desecación de las aguas. En este paisaje, un vaso regulador planificado durante la década de los ochenta se ha convertido en paraje de rutas migratorias de aves canadienses y en el espacio con la mayor diversidad de aves de la región. Este ejemplo que Salazar propone aborda la vida como una posibilidad de sobrevivencia frente a las ruinas, aprendiendo de las aves y sus procesos migratorios.
3º El #ríoAtrato, en Colombia, atravesado por empresas extractivas de oro, madera y coca, es a la vez una región caracterizada por el olvido del estado, la economía ilegal y la guerra. Sus comunidades indígenas y negras han sido arrasadas por ambiciones de mercaderes. En este contexto, en 2016 se genera un decreto que reconoce la personalidad jurídica del río, impulsado por las comunidades. A través de esta ley se piensa en otras posibilidades de vida.
Las palabras tentación, tentáculo y tentativa, se relacionan etimologícamente con la raíz de tanteo, tanto y prueba. Ontológicamente, estas palabras se sitúan en lo vivo “no humano” de un río a través de cómo se articulan sus estratos, riberas y la vida de sus habitantes. Por otra parte, se menciona que “no hay arte sin consecuencias”; al “darnos cuenta” y “hacernos cargo” ponemos primero la responsabilidad antes de la belleza o lo sublime (#Stengers). Por último, se menciona que #KristinaLyons señala a “los derechos de lo viviente” como un aparato producido desde un pensamiento privilegiado norteamericano (DG).
Los ejemplos de paisajes devastados no se hicieron esperar:
El #LagodeChalco, una de las primeras zonas lacustres en ser desecadas en el Valle de México. Genaro Amaro y el #MuseoComunitariodelValledeXico aparecen como actores[1] (NLZ) en un territorio donde “el agua tiene memoria y regresa”, a propósito del trabajo de María Thereza Alves con el museo comunitario[2] (CDM)
El trabajo #fotodocumental de Eniac Martínez también aparece como referencia (RC).
El #mardeAral en Kazajistán, uno de los cuatro lagos más grandes del planeta, ha sido desecadopara competir con EE.UU. en plantaciones de algodón (NB).
La #Presadelastresgargantas en China y parte del #ríoYangtsé, es un lugar donde convergen la domesticación de la naturaleza, la explotación, el uso de armas nucleares y la violencia (GCA).
Se menciona el cultivo de los salmones como un proceso de domesticación de la fauna, el cualproduce profundas transformaciones a su ecosistema (DV).
Se planteó la necesidad de volver al texto retomando las nociones de “Tierra” y “Gaia”. En estos conceptos aparece implícita la posibilidad de alimentarse, recomponerse desde la causa-consecuencia y trabajar con lo que hay (RLP), señalando que “Pachamama” y “Gaia” son nociones diferentes que se podrían hermanar (DG). Asimismo, se menciona que en el texto de Haraway aparece la crisis climática actual, aunque la transformación de los ecosistemas es tan antigua como la presencia de los seres humanos (JR); la naturaleza de las fracturas, grietas y herencias del neoliberalismo (AC).
Se entreteje la experiencia de muerte en el marco de la pandemia a la idea de un “buen morir” como parte de la vida (Haraway): la posiblidad de relacionarse con la muerte a través de los ciclos de vida, desde la composta. El morir y la “muerte como cobijo” son parte fundamental de la vida. Compostar permite conocer los ciclos de las transformaciones de la materia y su posibilidad de crear vidas nuevas (ZN); los orígenes del ser humano y las formas que nosotres mismes tenemos frente al concepto de “diversidad”. Lo diverso necesita reconocerse más allá del antropocentrismo, desde cadenas de vida como homo-hummuso masa-madre (FS). Se menciona también la idea de situabilidad donde “nadie está en todos los lugares” (AT).
Finalmente cerramos con Haraway, quien establece pensar lo humano como algo heterogéneo que invita a dejar atrás tendencias globalizantes. Todes les seres humanes hemos transformado el planeta, pero no todes en igual medida y ciertamente no todes de formas destructivas. Así, nos preguntamos: ¿quiénes tienen la responsabilidad de las crisis planetarias? El antropoceno, por ejemplo, considera transformaciones profundas negando la posibilidad de toda reconstrucción, y en ello se reitera como un discurso que reproduce narrativas homogeneizantes. Por esto, en términos políticos, se vuelve importante situar la incidencia y el cuidado de los sistemas vivos de los cuales participamos, así como pensar de una manera diferente lo vivo y lo muerto.
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